Supenova: el trío local que renueva la escena del jazz

Luego de deambular por diferentes espacios culturales, desde el auditorio de Colón 80, pasando por Förum hasta el prestigioso Teatro Municipal, Supernova Jazz Trío vuelve al ruedo para presentar L.A.S, el disco primogénito de la banda que emula la música del gran Luis Alberto Spinetta, reversionándolo al jazz.

El disco, que fue grabado a principios del año pasado y que fue lanzado en los comienzos de éste, tendrá su lanzamiento oficial esta noche en el Municipal. Podríamos augurar que la coincidencia de esta presentación con el día de la bandera es un presagio de la meta de la banda: consolidarse dentro del ambiente musical nacional. Lo tienen todo: el estilo, la juventud, el público seguidor, un disco bajo el brazo y la idea de un segundo trabajo discogfráfico, esta vez con piezas de propia autoría.

Fernando Balestra, tecladista y productor de la banda, hace un recorrido que va desde su primer encuentro con el instrumento hasta la grabación y el lanzamiento de la primer placa del trío. "El disco es un conglomerado de varios artistas que están surgiendo en Bahía Blanca y a partir de ese disco va a haber un antes y un después. Eso es lo que consideramos nosotros", dice Fernando sobre la obra que presentarán cuando el reloj marque las 21:30 y la ansiedad invada cada rincón del auditorio.

¿Hace cuánto que te dedicás a la música? 

Me dedico a la música desde los 9 años, cuando entré al Conservatorio de Música a estudiar guitarra y a los 11 empecé a estudiar piano. Tengo 32 años, así que hace un montón.

¿Y por qué elegiste el piano? 

Vos sabés que cuando yo era chico, tocaba la guitarra. Mi mamá vendía productos cosméticos e íbamos a diferentes casas. Una vez fuimos a la casa de alguien que tenía un teclado y, mientras mi mamá vendía, me quedé sentado en un sillón mirando el teclado. Me fascinaba la cantidad de combinaciones que se podían establecer entre las notas, en tiempo real. Eso fue lo que me inspiró a querer estudiar piano. En un momento estudié las dos cosas [piano y guitarra] hasta que decidí volcarme al piano. Ahora, soy profesor de piano, trabajo en el Conservatorio de Música, en el Ballet del Sur, en la Escuela de Danza y doy clases particulares.

¿Cuándo se forma Supernova Jazz Trío? 

Pasión. Fernando, conectando con su instrumento.
Foto: Guillermo Giagante. (guillegiagante.com)

Supernova se formó a finales de 2009. Los tres somos músicos que, a pesar de nuestra corta edad, tenemos mucha experiencia en otros grupos. La intención era, con mucha humildad, cambiar un poco el panorama de la música jazz en Bahía Blanca. Yo notaba que iba cada vez menos gente a los eventos, que los repertorios estaban agotados y alejaban a la gente del show. Y con esta impronta de renovación que tenía el grupo, consideramos importante bajar del pedestal del escenario y hablar con el público. Contarle de qué se trata el jazz, desprejuiciar la música. La intención es formar un oyente, que es lo que a nosotros nos va a beneficiar. Y también porque el artista no es alguien que se sube al escenario y toca. Tiene que tener esta impronta de ceder el mando; hacerse cargo de la cultura, de que tiene que subirse al escenario a decir algo importante, de formarse, de usar el espacio público. Es paradójico porque en este país uno tiene que poner plata de su bolsillo para financiar la propia labor artística que es la que va a enriquecer a la comunidad. Yo tengo la suerte de trabajar y de vivir de lo que a mí me gusta y es mi manera de devolverle a la sociedad lo que gracias a Dios me dio.

¿Cómo ves al jazz en la ciudad hoy? 

Veo que salió de un período de estancamiento muy importante que tuvo y que hay muchos grupos haciendo música muy interesante, de diferentes estilos. Como productor del grupo, veo que Supernova ha tomado la posta de este recambio generacional. El disco que sacamos es una muestra de que se puede hacer algo de nivel internacional estando en Bahía Blanca. Además, con la participación de un groso como Guillermo Giagante, que es un fotógrafo documentalista a los músicos importantes del mundo y que también nos ha sacado fotos a nosotros. 

¿Cómo fue el proceso de grabar el disco? 

Primero, yo tuve la idea. No es un disco tributo, ya que se gestó antes de su fallecimiento. Soy un fanático de la música de Luis Alberto Spinetta. Considero que es el ícono, junto con Ástor Piazzola, de la música for export: la música que, si viene alguien de afuera de tu país, le tenés que mostrar, y si viene un marciano, lo mismo. Primero, hice una navidad, un año nuevo... en el medio hice aproximadamente 15, 16 arreglos con cosas que tenía en la cabeza. Los empezamos a ensayar e hicimos dos shows en Förum, históricos para la ciudad de Bahía Blanca. Por eso hablo de esta impronta de renovación de Supernova. En el primer show, haciendo música de Spinetta, 15 temas orientados hacia el jazz, se llenó de gente y quedaron más de 100 personas afuera. En el segundo show, a distancia de 20 días, se llenó completamente. Y nunca hicimos música de la radio. Solamente dos temas fueron cantados, pero la gente se enamoró de la impronta y de la difusión que hicimos. Porque las cosas que no están difundidas, muchas veces no existen. También es importante para nuestro grupo entender la labor de difusión que tiene que tener el artista. No sólo con su obra, tocando, sino en los medios de comunicación. Ir a la tele, la radio, pegar los afiches... Hicimos todo nosotros. Somos nuestros propios productores. Luego de esos dos shows, en febrero de 2014, grabamos el disco. A finales de ese año, tenemos el disco masterizado y a principios de 2015 lo lanzamos. Hasta ahora estuvimos haciendo la venta hogareña. Se comunican con nosotros a través del Facebook y se lo vendemos. Pero el lanzamiento oficial es el 20 de junio en el Teatro Municipal y ahí va a estar a la venta.

¿Qué representa Spinetta para vos? 

Spinetta representa no solamente el músico más importante que tuvo la Argentina junto con Ástor Piazzola, sino un artista, un poeta muy importante y un chamán de la música. Un tipo que es ineludible para cualquier músico, de cualquier tipo de formación, ya sea literaria, musical e incluso pictórica, porque era un gran dibujante. Sus discos son un conglomerado de arte. Vos abrís el disco de Luis Alberto y tenés la pintura, la música, el cine. Tenés todo. Mucha información. Artistas que son disparadores, como Jorge Luis Borges. Vos lees El Aleph, el cuento, y está hablando de metafísica, de panóptico, de diferentes tiempos y espacios. Está hablando de historia, de probabilidades. Eso es lo importante: que un artista sea un disparador. Yo lo considero [a Spinetta] junto con Borges, Xul Solar, Piazzola, William Blake, Leonardo Da Vinci, como un tipo que dispara. Chamanes y gurúes del arte, que disparan sensaciones. Artistas íconos de todo el arte, no sólo de una disciplina en particular.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro? 

La idea es llevar a Supernova a lo más alto de la escena nacional. Creo que tenemos la fuerza y el material discográfico indispensable para hacerlo. Ya estamos pensando en un segundo disco. No vendimos el primero y ya estamos pensando en hacer el segundo, que va a ser todo de obras de mi autoría y un par de temas de los chicos. Por otro lado, tengo un proyecto que se llama Afroninja Fonk Project, en el que hacemos funk, soul, gospel. Algo parecido al jazz, pero con otro formato. Y también, como estoy trabajando en el Ballet, estoy aprendiendo muchos repertorios de la danza mundial como el Lago de los Cisnes. Así que quiero terminar mi formación como artista. Si bien me egresé, siempre estoy estudiando conciertos. Y el fin último es poder lograr que esto que hacemos con mucho esfuerzo y mucho cariño se vea reflejado en la sociedad. Que la gente empiece a acercarse a esta música. El jazz es una música de libertad, de camaradería, improvisación. Es una música que reúne todas las partes. También tengo una banda de rock sinfónico progresivo que se llama Scrom. Y trabajo un poco en la radio, tengo una fotonovela... y en algún momento fui campeón mundial de Karate, así que hago de todo un poco.

Un artista completo. 

Sí, porque todas las artes te van nutriendo de algo.