lunes, 22 de junio de 2015

"La fotografía cuenta más del fotógrafo que de lo que se está fotografiando"

Si nos ponemos a navegar por la web y googleamos a este artista bahiense, nos vamos a encontrar con notas, artículos y entrevistas que lo identifican como fotógrafo. Es que si bien se recibió de contador público y la fotografía no es su principal fuente de ingresos, es el arte que lo define en Bahía y alrededores. 
Enterrado. Para conseguir una buena imagen, hay que poner el cuerpo.
Como fotógrafo, se especializó en la fotografía paisajística, capturando aquellas escenas que el hombre aún no ha podido ultrajar: "El eje central de mi obra son los paisajes naturales. A partir de ahí, también hago fotografías de fauna o de flora, pero siempre integradas dentro de estos paisajes naturales. Siempre busco paisajes lo menos intervenidos por el hombre".

Su última exposición se realizó en el marco del Blackbird Jazz Festival, el pasado 16 de mayo, en Förum. Allí, se colgó la muestra fotográfica "Jazz on canvas", compuesta por fotografías de toma directa impresas sobre lienzos y acabadas con barniz. Minutos más tarde, se proyectó la segunda muestra de la noche, esta vez de fotos que integran la serie "Encuentros por la cornisa", de más de 400 imágenes de flora, fauna, paisajes diurnos y nocturnos. Esta proyección fue acompañada con la improvisación en teclado de Fernando Balestra, inspirado por las fotografías. 
¿Qué es la fotografía para vos? 
Para mí, a partir de ser una pasión, pasa a ser casi como una influencia y un estilo de vida.

¿Cómo te topaste con este mundo? 
Desde muy chico me gustó. Cuando era chico, tendría 8, 9 años, con mis primeros ahorros me compré una cámara. Así que casi durante toda la vida hice fotos. Tuve un lapsus en la adolescencia, que no fotografié, pero después lo retomé un poco más de grande y ahí me metí ya de lleno y me permitió descubrir un mundo nuevo en un montón de cosas. Disfrutar las situaciones y la vida mucho más.

¿Por qué decidiste incursionar en la fotografía documentalista de músicos del jazz? 
Una de las fotos llevadas al lienzo para
la exposición Jazz on Canvas.
Durante muchísimos años hice fotografías donde, te decía, no había ningún tipo de elemento humano. No sólo figura humana, sino tampoco algo que hubiera hecho el hombre: caminos, casas, este tipo de cosas. El jazz me gustó siempre desde muy chico y en un momento empecé... Realmente no sé por qué empecé a hacer fotos. Me di cuenta después de que eso me permitía disfrutar mucho más la música que amaba. Iba a los shows con una sensibilidad distinta. No sólo con la sensibilidad del espectador, sino de algún modo, participando de lo que se estaba haciendo. Desde ahí, siempre que puedo, en todos los shows trato de ir a hacer fotos.

¿Es difícil capturar el alma del jazz en una imagen?
Creo que no. En realidad, mi sensación es que la fotografía cuenta más del fotógrafo que de lo que se está fotografiando. Y entonces, cuando uno fotografía algo que le gusta y le apasiona, es casi automática esa simbiosis y ese encontrar el alma de lo que se está fotografiando. Sería más difícil si tuviera que fotografiar algo que no me gusta o que no conozco. Ahí es un proceso mucho más largo tratar de encontrar la esencia de lo que se está buscando.

¿En qué área te gustaría introducirte más adelante?
Como todo arte, lo que uno hace es una evolución permanente, sin fin, donde nunca se llega. Tengo un camino larguísimo para seguir recorriendo en lo que es este tipo de fotografías de paisajes naturales. Actualmente, estoy dedicándome mucho a hacer fotografías de paisajes naturales nocturnas o con condiciones de luz distintas a las que vemos habitualmente. Creo que ahí tengo un trecho gigantesco para seguir avanzando.
Después de las muestras fotográficas en Förum.
Foto: Paola Rondinoni.
¿Un consejo que le darías a los que comparten tu pasión? 
Que si la pasión está, le dediquen el tiempo que puedan. En mi caso, yo no vivo de la fotografía, pero no por eso dejo de hacerla. Lo importante es guiarse por esa pasión y darle cabida en la vida de uno, y sea el 2% del día o un 100%, ese tiempo del día, dedicárselo con intensidad. 

Guillermo ha sufrido un robo el 20 de mayo en el que perdió ocho discos rígidos con el trabajo fotográfico de casi diez años y una computadora que utilizaba para el mismo trabajo. Esta fue encontrada y devuelta, pero aún sigue la búsqueda de los discos, ya que la pérdida fue de aproximadamente 150.000 fotos. Se agradece cualquier dato sobre los mismos y se recuerda que Guillermo ofrece recompensa para quien pudiera encontrarlos o los pudiera haber comprado de reventa. Cooperemos para que su obra, que igual sigue creciendo, vuelva a sus manos. A donde pertenece y de donde nunca debería haberse ido.

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